Un día fui para allá a encontrarme con vos, teníamos un plan, un plan que debía terminarse con la noche...
...pero más allá de eso me llamaron la atención dos cosas: tu panza, tu sonrisa torcida y tus ojos. Tus ojos no buscaban mi cuerpo, tu sonrisa se reía de mi cara. En tus ojos buscabas abrazos, por suerte ese día llevé muchos. Abrí mi mochila, metí la mano hasta el fondo y ahí estaba la pequeña caja, la saqué. Vos me mirabas asombrado. Ahí guardás los abrazos ?-Me preguntaste. Aca guardo todo lo que sirva para dar amor.- Fue mi respuesta y mientras me mirabas a los ojos, tu sonrisa se torcía más que nunca.
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